el-auge-de-la-prostitucion-masculina-en-venezuela

El auge de la prostitución masculina en Venezuela

Venezuela es uno de los países potencialmente más ricos de toda América del Sur, pero como en tantos otros casos, las decisiones de sus políticos lo han llevado a la ruina. Las estrategias seguidas por el chavismo, primero en la imagen de Hugo Chávez y posteriormente en la de Nicolás Maduro, se han centrado más en atacar a los que tienen enfrente, en lugar de intentar mejorar el país. Las reservas de crudo de Venezuela sirven de poco cuando todos los demás países están enemistados contigo y te niegas a abrir a nuevas opciones políticas. El resultado es evidente: casi el 90% de la población del país vive en situación de pobreza y tiene problemas para comer dignamente cada día. Un dato demoledor que se relativiza desde el país bolivariano, pero que incide directamente en una población que no puede más con una situación que parece alargarse indefinidamente.

El salario mínimo en el país equivale a poco menos de tres dólares, lo que cualquier niñera gana en Estados Unidos en apenas una hora de trabajo. Las opciones de los venezolanos son cada vez más apuradas, y los que quieren quedarse en su país, porque lo tienen todo ahí, sufren las consecuencias. Desabastecimiento, falta de trabajo y un mercado laboral hundido aún más por culpa de la pandemia y los confinamientos. El Covid ha sido el último clavo en el ataúd de la economía venezolana, y los que aún podían mantener sus negocios han visto cómo todo ha sido arrasado en apenas unos meses. Por eso no es de extrañar que muchos hayan tenido que buscarse una alternativa no ya para vivir mejor, sino simplemente para sobrevivir. Y en un país en el que apenas hay dinero para la gente de a pie, los negocios que mejor funcionan son aquellos que van dirigidos a la clase alta. La gente que maneja la plata en las altas esferas, sobre todo en Caracas, la capital. ¿Y qué es lo que buscan esos millonarios venezolanos, que también los hay? Lo que todo el mundo, solo que ellos pueden permitirse pagar por eso: sexo.

La dramática situación del país

Las décadas de abandono por parte de los gobernantes y su lucha contra todos han provocado que Venezuela se hunda en un abismo de deudas y quiebra total. La mayor parte de la población está abocada a la pobreza y tiene incluso problemas para salir adelante cada día. La comida no es fácil de encontrar, e incluso la propia gasolina desaparece por periodos. Las familias viven una situación absolutamente dramática y buscan cualquier resquicio para poder salir adelante. Muchos piensan en emigrar a otros países latinoamericanos, o incluso a España, donde pueden manejarse bien gracias al idioma. Otros, totalmente desesperados, caen en las redes de prostitución que les permiten ganar mucho dinero, algo impensable en otros trabajos, tal y como está la situación.

La prostitución, una alternativa habitual

Allí donde se necesita dinero, la prostitución siempre suele ser una de las salidas más habituales, tanto para hombres como para mujeres. La cantidad de personas que se dedican al sexo de pago en los países en desarrollo es mucho mayor que la que lo hace en países desarrollados. La conexión entre la necesidad y la elección de este trabajo es directa, si bien es cierto que tampoco podemos generalizar. Hay también chicas y chicos de familias adineradas que deciden entrar en el negocio para poder tener su propia vía de ingresos. Y es que parece que en Venezuela no hay dinero para nada, hasta que entras en el negocio del sexo y de repente puedes empezar a ganar una fortuna.

En un país donde el salario mínimo apenas llega a tres dólares, ganar mínimo 800 con un trabajo puede parecer un sueño imposible. Sin embargo, el sexo siempre ha sido un negocio muy bien avenido, incluso en este tipo de situaciones extremas. Cuando el hambre aprieta y tu familia no puede salir adelante, cuando pierdes tu negocio y no ves una salida a la situación que se te viene encima, la moral queda en un segundo plano. Según los estudios, en los últimos años la prostitución ha aumentado de forma significativa en todo el país, incluyendo las zonas rurales. Muchas mujeres comienzan en estas actividades incluso siendo menores de edad, con mucha precaución y cautela, y cuando ya tienen experiencia se marchan en busca de un futuro mejor. Pero también hay hombres dedicados a la prostitución en Venezuela.

Los prostitutos, aún más marginados

No son pocos, precisamente, los prostitutos que participan de estas actividades especialmente en las ciudades más grandes. Algunos se encargan de satisfacer los deseos de las mujeres de la alta sociedad, trabajando como gigolós, y son los que más plata consiguen. Otros tienen que buscar alternativas menos “glamourosas” y simplemente se ofrecen tanto a hombres como a mujeres, a pesar de declararse heterosexuales. De hecho, cuando un hombre busca compartir un momento íntimo con un profesional, siempre busca a un chico con aspecto hetero. Aquí es donde vemos que la pobreza no solo está en las calles, sino también en las mentes de muchos en Venezuela, que todavía siguen sin aceptar que estamos en el siglo XXI.

La discreción es la mejor aliada de estos prostitutos, ya que son chicos normalmente jóvenes que tienen una cartera de clientas y clientes fieles. Muchos cuentan solo con una decena de ellos, guardándose para evitar estar en contacto con muchas más personas. Si le eres fiel a tus clientes, ellos sabrán agradecértelo con buenos pagos. Un prostituto puede llegar a ganar cerca de 1.000 dólares al mes si el negocio va bien, lo cual es una auténtica fortuna para este país. Por eso no extraña a  nadie que cada vez sean más los jóvenes que se animan a realizar este tipo de servicios. Empiezan como camareros, o bailarines eróticos, pero luego no tardan en dar el paso al ver toda la plata que pueden ganar con este trabajo.

Emigración a otros países

Si bien cada vez son más los hombres que viven más que bien gracias a la prostitución en Venezuela, tampoco  podemos hablar de un gran número de población, ni mucho menos. LA situación tan dramática que se vive en el país ha provocado el éxodo de millones de venezolanos a otras partes del mundo. Algunos tratan de encontrar su destino muy cerca, en la frontera con Colombia, otro país que, aunque no está para tirar cohetes, sí que tiene una situación económica mejor que Venezuela. Otros llegan a Chile, Argentina o Ecuador, para buscar un nuevo trabajo, o seguir dedicándose al sexo profesional en sitios donde pueden ganar incluso más plata. España es el destino soñado de muchos, un lugar donde empezar de nuevo y tener la vida que siempre desearon, con todo tipo de lujos. La emigración se ha convertido, por desgracia, en una de las pocas salidas viables para los jóvenes venezolanos, dada la situación del país.