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La crisis de Crimea de 2014

Hasta su disolución a finales de 1991, la Unión Soviética se había convertido en una de las naciones más poderosas del planeta, siendo imprescindible para la derrota del nazismo cincuenta años antes. Curiosamente, sus “aliados” en aquel conflicto, los norteamericanos, se convirtieron en sus mayores rivales durante la última mitad del siglo XX. La conocida como Guerra Fría se desarrolló sin conflictos directos entre Estados Unidos y la Unisón Soviética, pero sí con la participación de los norteamericanos en varias guerras en territorio asiático, como Vietnam y Corea. Estas naciones eran apoyadas por el gobierno comunista de la URSS, de la misma forma que ocurrió con la Guerra del Golfo, décadas más tardes. La Guerra Fría se llevó a cabo a todos los niveles, desde el deportivo al cultural, pasando por la carrera espacial. La caza de brujas llevada a cabo en Estados Unidos en los cincuenta para detectar comunistas y gente próxima al régimen soviético provocó una gran polémica.

Los soviéticos, por su parte, mantenían una gran influencia en buena parte de Europa del Este, en países como Yugoslavia o Rumanía. El colapso de la Unión Soviética llegó a finales de los años 80, marcado por la caída del mercado, y por el accidente registrado en Chernobyl años antes. Precisamente, la central soviética se ubicaba en territorio de Ucrania, una de las últimas repúblicas en conseguir la independencia de la URSS. El nacionalismo ucraniano no estaba demasiado desarrollado en aquellos años, y parece que tampoco ha podido calar desde entonces. Los ucranianos se dividen, según su zona y su influencia, entre pro-europeistas y pro-rusos. La larga sombra del Kremlin sigue estando muy presente en el país ucraniano, como se ha podido comprobar en conflictos como el de Crimea. Esta pequeña región autónoma del sur del país vivió en 2014 un conflicto complejo entre Ucrania y Rusia, con cambio de gobierno  incluido y mucha polémica. Aquí te aclaramos, paso por paso, todo lo que ocurrió en aquellos aciagos días.

Contexto histórico

Crimea es una pequeña región ubicada en la parte sur de Ucrania, al borde del Mar Negro, y con conexión a Rusia a través de un puente que se levanta sobre un estrecho. Históricamente, la región ha pertenecido a diferentes pueblos y etnias, desde los otomanos a los rusos, que tienen presencia en ella desde hace siglos. La creación de la flota del Mar Negro, una división de la Marina rusa, a finales del siglo XVIII, dejó sentada las bases del dominio ruso en la zona. La Flota del Mar Negro sigue estando hoy presente en Crimea, gracias a los acuerdos alcanzados en 1997 para el arrendamiento de las bases de Sebastopol. Ucrania y Rusia mantenían buenas relaciones en aquellos tiempos, pero las cosas parecen haber cambiado, debido al acercamiento progresivo de algunos mandatarios ucranianos hacia la Unión Europea.

Causas de esta Crisis

Más allá del contexto histórico y la presencia de ucranianos de origen ruso y rusoparlantes en la zona, las casusas directas del conflicto tienen que ver con el rechazo por parte del gobierno de Víktor Yanukóvich a los acuerdos con la Unión Europea. La llamada Revolución de Kiev provocó decenas de manifestaciones a finales de 2013 y principios de 2014, en contra de Yanokóvich y su gobierno. La situación alcanzó su punto de máxima tensión tras el llamado jueves negro, el 22 de febrero de 2014, día en el que fallecieron más de 60 manifestantes en las calles de Kiev. Tras esto, los opositores ocuparon el Parlamento y depusieron al presidente Yanukóvich, provocando la ira de su aliado, el presidente Putin, que no tardó en denominar ese movimiento como un golpe de Estado. La eliminación de la Ley de Cooficialidad por parte del gobierno entrante detonó el rechazo de los pro-rusos en la región de Crimea, que se sentían directamente atacados por dicha decisión.

Desarrollo de la crisis de Crimea

Tras los sucesos de Kiev, donde un gobierno pro-europeista pasó a controlar la situación del país tras el derrocamiento del aliado ruso Yakunóvich, la península de Crimea se levantó contra aquella decisión. De tradición pro-rusa, son muchos los rusoparlantes y los ucranianos de origen ruso que vienen en esta zona del país. Crimea cuenta desde hace años con una autonomía que le permite tomar decisiones de forma unilateral, aunque delega muchas funciones en el gobierno de Kiev. Sin embargo, los grupos separatistas siempre han estado muy presentes en la región, siendo la mayoría de ellos partidarios a la anexión de Crimea a Rusia. En este sentido, buena parte de los grupos separatistas tomaron el Parlamento de la región y anunciaron un referéndum de desconexión con Ucrania, que tendría lugar a finales de febrero.

A la par, tropas rusas que ocupaban la frontera en aquella zona llevaron a cabo ejercicios militares, afianzándose además el control de la Flota del Mar Negro. Aquello fue visto como un ataque directo por parte de Putin, que lo negó reiteradamente. A pesar de ello, la llegada de tropas a Crimea se produjo en los primeros días de marzo, pese a las advertencias de la Unión Europea y Estados Unidos. Putin lo justificó atendiendo a la necesidad de defender a los rusoparlantes de la región frente a los ataques del presidente ilegítimo en Kiev. Tras varios días de maniobras en la región, tanto el Parlamento de Crimea como la ciudad autónoma de Sebastopol se declararon independientes, solo para pedir su anexión a Rusia en las jornadas siguientes. Aquella independencia solo fue reconocida por el Kremlin, mientras que el gobierno ucraniano definió a Crimea poco después como un territorio temporalmente ocupado. La situación sigue siendo compleja, con Crimea considerándose un Estado Soberano dentro del amparo de Rusia, y Ucrania tratando de convencer a la ONU para recuperar el control sobre la región.

Efectos de esta crisis en la actualidad

La crisis, que tuvo lugar hace más de siete años, sigue teniendo sus consecuencias en nuestros días. Actualmente, Crimea es un estado soberano que forma parte de Rusia, según la decisión tomada en aquel mes de marzo de 2014 por el gobierno autónomo de la región. Esa decisión va en contra de lo acordado con Ucrania, que siente que Rusia se ha anexionado uno de sus territorios. La tensión entre ambas naciones ha sido constante en los últimos años. También hay que destacar la petición de miles de ucranianos, tanto en Crimea como en otras zonas del sur de Ucrania, para conseguir la nacionalidad rusa. Esto se debe a la inestabilidad que sufre la región y al temor de estos ciudadanos a quedar “en tierra de nadie”. A día de hoy, la ONU no ha tomado ninguna decisión al respecto de Crimea, salvo por  un par de resoluciones que quedaron en nada.