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Cómo nos afecta el aislamiento social

El ser humano es social por naturaleza. Como muchos otros animales, obviamente. De hecho, lo que hace que la mayoría de especies sobrevivan es vivir precisamente en grupos, crear sociedades para protegerse mutuamente. En el caso del ser humano esto también ha servido para expandir la cultura y los conocimientos, para crear todo lo que somos hoy por hoy como humanidad, para bien y para mal. Nacemos y crecemos rodeados de estímulos, en  nuestra era la mayoría digitales, y eso también está provocando que cada vez haya mayores problemas de aislamiento. El ser humano cada vez habla menos entre sí. Las charlas cara a cara han perdido peso ante los mensajes, las llamadas o los audios. Porque es más fácil hablar de esa manera, siempre pegado a un teléfono, siempre a través de una pantalla.

Evidentemente, seguimos en contacto con amigos y familiares, pero de una manera muy diferente. Y es que el contacto físico, el cara a cara, se está perdiendo cada vez más, y eso está forzando a que haya problemas de aislamiento social cada vez más graves. Personas que, por su situación o por su propia decisión viven solas y apenas tienen contacto con el exterior, solo a través de Internet. Tanto jóvenes como adultos, es un problema que se ha visto evidentemente agravado este 2020 con el confinamiento, que ha provocado que muchas personas tuvieran que quedarse en casa, sin poder salir a ver a sus familiares y amigos. Ese aislamiento social ha sido la muestra perfecta de que necesitamos salir de nuestro hogar, necesitamos respirar aire fresco y ver a más gente, para sentirnos completos. De lo contrario, los problemas serán más que evidentes, como veremos ahora.

Qué es el aislamiento social

El aislamiento social se produce cuando una persona queda aislada de su grupo, de su trabajo, cuando simplemente se encierra en casa y no ve a nadie. Se puede dar también un aislamiento social conjunto, de una pareja, por ejemplo, que simplemente quieran estar el uno con el otro y no tengan ganas de salir con más gente. El aislamiento social se produce cuando se cortan las relaciones sociales con el entorno, cuando una persona deja de estar interesada en salir con los amigos, en  hablar con los compañeros de trabajo… O también cuando es una persona impedida, normalmente mayor, que se ve obligada a vivir sola y encerrada en casa, recibiendo cada vez menos visitas por parte de sus seres queridos. El aislamiento social afecta sobre todo a nuestra psique, considerado como un verdadero lastre para desarrollar nuestras funciones sociales. 

Así afecta el aislamiento social a la salud

Cuando cualquier persona se encuentra en esa situación de aislamiento social, ya sea forzado o decidido, los problemas normalmente no tardan en llegar. Incluso cuando ha sido decisión nuestra cortar por lo sano con la mayoría de relaciones sociales que teníamos, porque nos sentimos mejor en soledad o con nuestra pareja, la sensación de estar perdiendo algo, de desconexión con el exterior, nos puede llevar a sufrir ansiedad, desorientación e incluso depresión, al entrar en una vorágine de rutina demasiado previsible de la que parece que no saldremos jamás. El aislamiento social puede ser bueno en algunos momentos de estrés, pero no para mantenerlo durante mucho tiempo, y lo hemos podido comprobar en este confinamiento por culpa del Covid.

Hay gente que piensa que no se aísla socialmente porque siempre está con el teléfono en la mano, llamando a los demás o mandando mensajes. Es uno de los grandes errores de nuestro tiempo, pensar que eso es lo mismo que tomarnos un café cara a cara con alguien. La interacción social en persona es irremplazable, y aunque es cierto que a veces es complicada, por la distancia que puede llegar a separar a dos personas, si tenemos la oportunidad de quedar con esa persona con la que queremos hablar es mejor hacerlo en la calle, o al menos en casa, cara a cara. Ese contacto físico, aunque sea en forma de saludo, es imprescindible para que nuestra mente se mantenga funcionando sin perder la conexión con la realidad, con lo que ocurre ahí fuera.

Combatir el aislamiento social en tiempos de confinamiento

El problema del aislamiento social es claro, y aunque afecta de forma diferente a cada persona, porque no todo el mundo tiene esa misma visión de lo social o de las relaciones, incluso los más despegados han sufrido durante este confinamiento esa imposibilidad de no poder salir a tomar una cerveza con los amigos, a cualquier evento, al cine o al teatro, a un concierto… Todo eso es socializar, y todo eso ha quedado cercenado por culpa del Covid-19. El aislamiento forzado ha hecho que muchas personas tengan problemas para sobrellevar la situación, y caigan en situaciones cercanas a la depresión, por haber perdido esa parte tan importante de sus vidas, aunque solo sea por un tiempo.

La manera de luchar contra eso es no caer en la rutina, buscar un montón de cosas que hacer en casa mientras dura el confinamiento. Si estamos solos será extremadamente importante hablar con nuestros amigos o familiares al menos una vez al día, para no perder del todo ese contacto. Aunque no es lo mismo, una videollamada puede al menos aliviarnos un poco, y despejar nuestra mente pasando un rato divertido con nuestros amigos y compañeros. Se trata de no pensar demasiado, de mantener la mente ocupada en cosas que disfrutemos, para no tener que dar tantas vueltas sobre la situación incierta que estamos viviendo. Si hay un nuevo confinamiento, la gente seguramente esté mejor preparada para sobrellevarlo ahora que tiene más experiencia.

No solo afecta a los humanos

Podríamos pensar que este tipo de problemas solo lo tenemos los humanos, porque al fin  y al cabo somos los únicos que socializamos, pero no es así. Los animales, la mayoría al menos, también son muy sociales. Los mamíferos, por ejemplo, disfrutan de la compañía de sus congéneres, e incluso cuando sacamos a pasear a nuestro perro a la calle podemos notar su excitación por recorrer lugares nuevos, por encontrarse con otros animales… Es algo que está en nuestro ADN, el hecho de poder salir de la burbuja y conocer lo que hay más allá, conectarnos con el mundo entero, y no solo con nuestro pequeño universo. Los perros y mascotas también han sufrido mucho durante este aislamiento forzado por el Covid, y seguro que quien tiene alguno en casa lo ha podido notar.